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¿Por qué ser dueño?

Para mí el mayor motivo para ser dueño de un negocio y no un empleado asalariado es: independencia.

Ser independiente te da ciertas ventajas:

1. Puedes hacer lo que realmente te gusta hacer.

Muchas veces las personas están en un trabajo no precisamente porque les gusta lo que hacen sino porque es el único trabajo que consiguieron o porque tienen un buen sueldo, pero en realidad no están felices con lo que hacen.


Generalmente cuando vamos a poner un negocios lo hacemos porque conocemos sobre el giro, porque tenemos experiencia o porque simplemente nos gusta.

El resultado es que tenemos una motivación muy diferente a solamente esperar que nos llegue el cheque.

2. Eres dueño de tu tiempo.

Cuando eres empleado estás sujeto a un horario bien definido, a fechas específicas de vacaciones y días libres.

Si eres dueño de tu negocio, también te conviertes en dueño de tu tiempo. Puedes administrar tu horario de manera que puedas pasar más tiempo haciendo cosas que te gusta hacer como: pasar tiempo con tu familia, hacer ejercicio, practicar algún deporte, aprender algo que te gusta, etc. y además el tiempo que empleas para tu trabajo realmente es un tiempo que económicamente está trabajando para tu propio beneficio y no para el de tu jefe.

Como cristianos, esta ventaja es todavía más significativa, porque puedes participar de más actividades dentro de tu iglesia sin necesidad de pedir permisos. De ésta manera podrás apoyar más a tu iglesia y a tu comunidad.

3. Se desarrolla tu creatividad.

El tener tu propio negocio de obliga a ser más creativo, a desarrollar mejores maneras para hacer más eficiente y productivo tu negocio. Te motivas a pensar y crear porque tienes completa libertad y además de eso depende tu propio éxito.

4. Tomas tus propias decisiones.

Como dueño de un negocio tú eres el responsable de él, así que las decisiones que tomes van a repercutir directamente en su buen o mal funcionamiento. Ésto te obliga a una mejora continua por lo que necesitas prepararte más, actualizarte y documentarte sobre el área de tu negocio. Por lo tanto el beneficio que obtienes es doble porque te conviertes en una persona más capacitada y ésto se reflejará en tu negocio.

5. Eres generador de fuentes de empleo.

Este es un aspecto muy importante. Un negocio siempre es fuente de trabajo para otras personas y más si como cristiano tienes la oportunidad de dar trabajo a otros cristianos, debes considerarte afortunado por ésta oportunidad, porque estarás apoyando a tus propios hermanos en la fe para que tengan una manera digna de sustento en un lugar de trabajo cuyo ambiente sea de acuerdo a sus valores y principios.

6. Contribuyes a la sociedad.

Un negocio siempre traerá beneficios a la comunidad donde se encuentre, ya sea por ser una fuente de empleo, por las contribuciones que paga, por los servicios y productos que ofrece y por los apoyos o ayudas que pueda dar.

Ésto te da una gran ventaja, porque puedes dar testimonio de tu fe de diferentes maneras y a distintas personas como a tus empleados, tus clientes y proveedores.

Ésta también es una gran responsabilidad porque tú y tu negocio son un ejemplo de fe para quienes te rodean.

7. Apoyas económicamente a tu iglesia.

Si tu negocio va bien y si además tus empleados son también parte de tu iglesia, estás apoyando a la Obra de una manera extraordinaria. Porque las bendiciones que Dios te da a través de las ganancias de tu negocios aportarán beneficios en los Diezmos y Ofrendas para tu Iglesia. Además del apoyo que des a los proyectos que ésta tenga.

Si tienes un negocio, sé que estarás de acuerdo conmigo respecto a éstas ventajas que acabo de mencionar. Pero si todavía no te decides a abrir tu propio negocio, pídele a Dios que te muestre qué don o talento especial te puede proporcionarte la oportunidad de ser Independiente.

Qué tengas un excelente día.

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